Mi relación con la naturaleza y las plantas medicinales tiene su origen en mis primeros años de vida. Mis padres adquirieron una casa de campo cuando yo tenía meses de vida y aún hoy en día me emociono al escribirlo. Me siento profundamente agradecida de haber crecido arañando mis manos de pequeña cogiendo moras de las zarzas y merendando en la fuente de piedra de la entrada del pueblo, misma fuente que unos 30 años más tarde presenció mis primeras meditaciones y rituales al agua.
En mi vida tuve que dar mil vueltas, caminar fuera de mi camino y confundirme una y otra vez, hasta que empecé a estudiar Naturopatía a los 28 años y desde entonces me dedico al estudio, divulgación y aplicación terapéutica de la medicina natural. Continué formándome en Aromaterapia científica.
En mi paso y camino en esta vida mi otro gran amor es la meditación, el silencio. Disolver todo lo que se tenga que disolver en cada exhalación y llenarme de vida con cada inhalación, permitiendo encarnar en mi cuerpo una experiencia espiritual, así llegó unos años más tarde, más madura y consciente la respiración a mi vida. Después de un gran proceso interno en el que nací y morí varias veces en un mismo año me formé en Rebirthing (respiración consciente) sintiendo que con ello completaba el círculo: Poder dedicarme a la salud del cuerpo físico y también a la del cuerpo emocional y mental.
Y sigo caminando mi vida, como mujer y alquimista.